Donald Trump incitó a la insurrección y se regocijó con la violencia perpetrada por sus simpatizantes en el Capitolio, que fue la culminación de meses de estrategia para desacreditar el proceso electoral, argumentaron este miércoles los demócratas en su rol como fiscales del juicio político contra el exmandatario de Estados Unidos.
Después de atizar a sus partidarios afirmando que las elecciones fueron robadas, Trump “renunció a su rol de comandante en jefe y se convirtió en el incitador en jefe de una peligrosa insurrección” el 6 de enero, afirmó el legislador demócrata Jamie Raskin, que actúa como líder de los fiscales en el proceso en el Senado.
Los demócratas deben convencer a 17 senadores republicanos de que el exmandatario es culpable del cargo de incitación a la insurrección, si quieren reunir la mayoría necesaria para condenarlo, algo que por el momento parece improbable.