Baco, Bahamas
AP
Los equipos de búsqueda y rescate todavía no logran llegar a algunas comunidades bahameñas que siguen aisladas por las inundaciones y los escombros después del huracán Dorian, mientras el número oficial de muertos ha aumentado a 43 y es probable que aumente aún más, informaron las autoridades.
El primer ministro Hubert Minnis dijo el viernes por la noche que había 35 muertos en la isla de Ábaco y ocho más en Gran Bahama. “Hay muchos desaparecidos y se espera que el número de muertos aumente significativamente”, dijo. “Esta es una de las crudas realidades a las que nos enfrentamos en estos tiempos de tinieblas”.
Por su parte, el ministro de Seguridad, Marvin Dames, explicó que las autoridades se estaban esforzando por llegar a todas partes pero agregó los equipos no podían abrirse paso entre los árboles derribados y otros escombros porque podría haber cadáveres que todavía no han sido recuperados.
“Ya habíamos pasado por esto antes, pero no con este nivel de devastación”, apuntó Dames. “Estos son momentos muy graves y delicados”.
Aunque dijo comprender las quejas de quienes reclaman ayuda luego de que Dorian arrasara sus vidas, el funcionario pidió paciencia hacia los esfuerzos de las autoridades para obtener la ayuda humanitaria.
“Nada va a suceder de la noche a la mañana. La reacción instintiva es siempre ‘Tráiganlo todo de una vez’, pero sólo se puede mover una determinada cantidad de cosas cada vez”, añadió.
La búsqueda de víctimas y sobrevivientes del huracán continuaba a cinco días de que Dorian sacudió Bahamas con vientos de 295 kilómetros por hora (185 mph) que arrasaron innumerables viviendas.
Varios países, organizaciones y empresas _entre ellos Naciones Unidas, el gobierno de Estados Unidos, la Marina de Gran Bretaña, American Airlines y Royal Caribbean_ se movilizaron para enviar comida, agua, generadores, lonas, pañales, linternas y otras provisiones de apoyo.
Según Dames, la pista del aeropuerto de la isla de Gran Bahama ya estaba limpia y lista para recibir vuelos. Las autoridades anunciaron la reapertura de todos los puertos tanto en esa isla como en la de Ábaco, las más afectadas por el meteoro de categoría 5.
Cientos de residentes desesperados esperaban el viernes en el puerto de Gran Ábaco con la esperanza de poder marcharse de la isla en medio de signos de creciente frustración por el ritmo al que avanzan las operaciones de ayuda.
“Esto es un caos”, manifestó Gee Rolle, un albañil que, junto a su esposa, aguardaba un barco para ir a la capital, Nassau. “El gobierno está haciendo todo lo posible, pero al mismo tiempo creo que no están haciendo suficiente para evacuar a la gente. Esto no es habitable para nadie. Sólo los animales pueden vivir aquí”.
Algunos de los que hacían fila el viernes detrás de una cinta de lona amarilla, habían llegado a la 01:00 de la madrugada.
“Pronto será una locura”, dijo Serge Simon, de 39 años, chofer de un camión de hielos, mientras esperaba con su esposa y dos hijos, de 5 meses y 4 años. “No hay alimento, no hay agua. La gente va a empezar a enfermarse”.