El Gobierno español ha condenado este martes la ofensiva de Turquía contra los kurdos en el noreste de Siria y ha pedido al gobierno de Ankara que ponga fin a la operación militar.
España justifica su condena a esa intervención argumentando que «está teniendo desastrosas consecuencias humanitarias», que se añaden al profundo y largo sufrimiento del pueblo sirio, aumenta el número de refugiados y desplazados, y entorpece la ayuda humanitaria.
En un comunicado difundido por el ministerio de Exteriores, alerta además de que pone en peligro la estabilidad y la seguridad de la región, y dificulta «el proceso político que, en el marco de Naciones Unidas, España viene apoyando como forma de alcanzar una paz duradera en Siria».
Asimismo, añade la nota, la operación turca «da nueva vida a la organización terrorista Daesh» y «pone en peligro la unidad, la soberanía y la integridad territorial del Estado sirio».
Según el Ejecutivo español, las legítimas preocupaciones de seguridad de Turquía deben tratarse y resolverse «a través de medios políticos y diplomáticos, no con acciones militares».
Por ello, España pide el gobierno de Turquía que ponga fin a esta operación militar y anuncia que, en coordinación con sus socios de la Unión Europea, denegará nuevas licencias de exportación de material militar susceptible de ser utilizado en la operación en Siria.
La presencia de tropas españolas en Turquía, concluye la nota, se encuadra en una operación de la OTAN destinada a contribuir a la paz y la estabilidad en la región.