El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, exhortó este jueves al Consejo de Seguridad, dividido desde hace semanas, a mostrarse unido ante la pandemia de coronavirus, que describió como el «combate de una generación».
«Una señal de unidad y de determinación del Consejo sería muy importante en el actual periodo de ansiedad», dijo Guterres durante la primera reunión, por videoconferencia, de este organismo dedicada a la pandemia.
La sesión, que se suponía tendría lugar a puerta cerrada, acabó tres horas después con un comunicado de pocas líneas de los 15 miembros del Consejo, limitándose a dar su «apoyo» al jefe de la ONU.
«El compromiso del Consejo de Seguridad será crítico para atenuar las consecuencias para la paz y la seguridad de la pandemia de COVID-19», dijo Guterres en un discurso transmitido a la AFP durante la reunión por las misiones diplomáticas que asistieron.
«Para vencer a la pandemia ahora, necesitamos trabajar juntos» y «eso significa reforzar la solidaridad», insistió.
La embajadora de Estados Unidos, Kelly Craft, aludió a la polémica con Pekín sobre el origen chino del virus, un factor clave en la paralización del consejo.
«El medio más eficaz para contener esta epidemia consiste en recolectar datos precisos y basados en la ciencia, y analizar los orígenes, características y propagación del virus», dijo, según su discurso difundido por su equipo.
Su par chino, Zhang Jun, subrayó que «todo acto de estigmatización y politización debía ser rechazado».
En nombre de Alemania, al origen de la convocatoria de esta primera reunión del Consejo sobre la COVID-19, el embajador Christoph Heusgen no se ahorró palabras contra los cinco miembros permanentes (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China y Rusia), lamentando el «silencio ensordecedor» del órgano sobre la crisis sanitaria.