China ha desplegado la «diplomacia de la mascarilla» con donaciones de material sanitario y misiones médicas a varios países en plena pandemia de COVID-19, una cortina de humo que le ha permitido ampliar su presencia en aguas disputadas del Mar de China Meridional de forma inadvertida.
Mientras el mundo se concentra en responder a la pandemia y en prepararse para lo que se avecina como la peor crisis económica en decenios, China ha aprovechado para continuar su expansión militar con la creación de dos nuevos distritos en territorios disputados, lo que ha irritado a sus vecinos en la región, particularmente a Filipinas y Vietnam.
«Su intención es abrumar a la región en este momento difícil incrementando la presencia de su flota pesquera, la Guardia Costera y sus milicias marítimas», afirmó Gregory Poling, director de Asia Maritime Transparency Initiative, un grupo de expertos con sede en Washington que monitorea los desarrollos en ese mar.