Desde finales de septiembre pasado, el procurador adjunto Rodolfo Espiñeira tiene sobre sí la responsabilidad de darle continuidad en el país a uno de los casos de corrupción más importantes de los últimos años: Odebrecht.
Como sustituto de la procuradora general, Miriam Germán Brito, quien se inhibió del proceso, espera que el caso termine con una sentencia condenatoria para todos los acusados y el decomiso de los bienes producto del lavado de activos.
Sin embargo, marcha lento y lleno de incidentes el juicio de fondo que se sigue a Ángel Rondón, Víctor Díaz Rúa, Conrado Pittaluga, Andrés Bautista, Tommy Galán y Roberto Rodríguez, por los US$92 millones en sobornos que la empresa brasileña Odebrecht admitió que pagó en el país entre 2001 y 2014 para obtener contratos públicos.
La audiencia del pasado 8 de octubre se pospuso para el día 20 por un contagio de COVID-19. Aunque Espiñeira entiende que se justifica el aplazamiento, considera evidente que los abogados de la defensa mantienen una actitud enfocada en retrasar la presentación de la acusación del Ministerio Público.