Primero, el papá de 85 años de Theresa Pirozzi enfermó y lo trasladaron en ambulancia a un hospital. Días después, su madre estaba tan débil que apenas podía caminar. Ahora, en lugar de hacer preparativos para Navidad, Pirozzi aguarda angustiada lo que le informe el personal del hospital donde sus padres son atendidos por coronavirus en una unidad de cuidados intensivos.
“No estoy poniendo decoraciones aquí. No está bien en este momento”, dijo Pirozzi desde la casa de sus padres en Oak Park, California. “Estoy físicamente enferma de la preocupación”.
La pareja es representativa de la crisis que se profundiza a ritmo alarmante en California, donde los hospitales están al límite debido al incesante aumento de contagios en el estado. Casi 17,000 personas estaban el viernes hospitalizadas por infecciones confirmadas o posibles de COVID-19, y de acuerdo con un modelo basado en los últimos datos para proyectar tendencias futuras, el número podría alcanzar en el estado la inmensa cifra de 75,000 para mediados de enero.
Con los 48,000 casos nuevos de California a la cabeza de las estadísticas, Estados Unidos sumó a su total en un solo día la cifra récord de 249,709 pacientes más con COVID-19, según el conteo de la Universidad Johns Hopkins del sábado. La cifra nacional de muertes ha rebasado las 315,000.