Cientos de personas se manifestaron en Puerto Príncipe el jueves, el Día Internacional de los Derechos Humanos, como protesta al aumento de los secuestros por parte de pandillas en Haití.
«En 2020, el hecho de que tengamos que protestar para exigir nuestro derecho a vivir, a vivir decentemente, es doloroso», dijo Vélina Charlier a la AFP, al inicio del evento.
«Hace años que lo decimos, que vamos por el camino de la dictadura y que la manera en que este gobierno establece el régimen de terror es aliándose con los bandidos: eso es lo que está pasando», añade la activista del movimiento anticorrupción Nou Pap Domi.
Médicos, vendedores ambulantes, músicos, estudiantes… ninguna clase socioeconómica se salva de los secuestros de las bandas armadas, que prevalecen principalmente en la capital pero también en las ciudades de provincia.
«Hoy en día, la gente tiene miedo de salir a la calle. Las bandas nos han arrebatado el país, ya no podemos movernos libremente: es el terror por todas partes», dice Fabienne Anty, una activista feminista que participó en la marcha pacífica en Puerto Príncipe.
Los opositores del presidente Jovenel Moisés realizaron barricadas de neumáticos incendiados mientras cantaban: «Aquí estamos los terroristas».
Su gesto es una reacción directa a uno de los muchos decretos firmados recientemente por el mandatario, sin contrapoder desde que cesó el Parlamento en enero de 2020.
El texto reclasifica varios delitos y faltas como actos terroristas, incluido el de reducir la libertad de tránsito en la vía pública, con una pena de 30 a 50 años de prisión y una multa de 2 a 200 millones de gourdes, es decir, entre 28.700 y 2,8 millones de dólares.
«Parece que el presidente y su equipo se arman de instrumentos pseudolegales para reprimir las manifestaciones antigubernamentales», dijo Marie-Rosy Auguste Ducena de la red nacional de derechos humanos.