La Virgen pasará solita su día

Ni siquiera cuando la ocu­pación haitiana, época en que las actividades ecle­siásticas se tornaron míni­ma, se recuerda un 21 de enero con la basílica Nues­tra Señora de la Altagracia de Higüey cerrada y sin acceso a los miles de feli­greses que suelen llegar de todas partes del país y del extranjero.

La triste novedad pare­ce increíble. Cero públi­co y movimiento en el in­terior del templo católico por excelencia y que en la víspera se colma de miles de personas que, en los úl­timos días, no solo partici­pan del programa religio­so, sino que duermen en su interior.

Por disposición del Obispado de La Altagra­cia, que dirige el obispo de la diócesis, monseñor Je­sús Castro Marte, las ac­tividades eclesiásticas se­rán virtuales y desde ayer se realizan transmisiones en vivo por una red de es­taciones de radio y de te­levisión.

Lo ocurrido solo tiene parecido con la ocupación haitiana en 1844 y que en protesta, la iglesia Católica suspendió sus actividades, restablecidas en 1916.

Sin embargo, a pesar de que se ha anunciado con tiempo que por efecto de la pandemia del coronavirus, no se iba a permitir el acce­so a la basílica, ni las activi­dades propias del programa que impliquen aglomera­ción de feligreses, aún así llegaron anoche autobuses, camionetas, carros y perso­nas a pie con intenciones de entrar al templo.

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