Ecuador vota este domingo entre una derecha conservadora aglutinada y una izquierda dispersa para los comicios generales, y en medio de la pandemia que obligó a imponer medidas de bioseguridad en los colegios electorales y generó largas filas y demoras.
Luis Verdesoto, miembro del Consejo Nacional Electoral (CNE), estimó que la participación en los comicios, que se extenderán hasta las 17H00 locales (22H00 GMT), avanzaba en «términos normales» pese a las restricciones por el covid-19, que deja más de 257.000 casos y 15.000 muertos.
Columnas de ciudadanos, que en algunos casos se extendían por varias cuadras, obligaron a las autoridades electorales a pedir que se ablanden las restricciones impuestas por la pandemia para el ingreso a los recintos, controlados por militares y policías.
«Se han presentado circunstancias que desalientan a los electores en relación a colas muy extensas», dijo el vicepresidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Enrique Pita, en un primer reporte sobre los comicios
Unos 13,1 millones de electores están llamados a designar al sucesor del impopular presidente Lenín Moreno, cuya gestión concluirá el 24 de mayo y no pretende la reelección.
Entre los 16 candidatos aparecen como favoritos el economista de izquierda Andrés Arauz, de 36 años, y el exbanquero de derecha Guillermo Lasso, de 65, según encuestas. El candidato sorpresa es el abogado indígena Yaku Pérez, de 51, que está alineado con la izquierda opuesta al correísmo y lucha contra la minería.
Analistas y sondeos, cuya publicación está prohibida desde hace diez días, anticipan una segunda vuelta, prevista para el 11 de abril.
La «dispersión de partidos y movimientos en la papeleta presidencial refleja instituciones débiles, maquinarias electorales que se activan únicamente cuando hay elecciones, donde no hay estructuras fuertes», dijo a la AFP la politóloga Karen Garzón Sherdek, de la Universidad Internacional SEK.
Arauz, de la coalición Unión por la Esperanza (Unes), es el delfín del polémico exmandatario socialista Rafael Correa (2007-2017), exaliado de Moreno. Ambos líderes sostienen una pugna que casi sepulta al oficialismo.