La entrada clandestina de haitianos a la República Dominicana ha aumentado en los últimos años a través de varios puntos en la frontera norte que divide ambos países, según fuentes confiables.
Los traficantes de personas utilizan áreas montañosas de la cordillera Central en el municipio de Restauración, así como zonas poco habitadas en las comunidades de Carbonera, Cañongo y Copey para el trasiego.
Además, los extranjeros atraviesan la Laguna de Saladillo y la Bahía de Manzanillo en frágiles embarcaciones para ingresar al país.