- La semana pasada se reportó por primera vez en Puerto Rico
Desde Venezuela, el proyecto Unomia de la Fundación La Tortuga ha compartido un informe alarmante que revela la introducción ilegal del coral blando Unomia stolonifera en el Parque Nacional Mochima (PNM) entre los años 2000 y 2005. Este coral, originario de Indonesia, ha desencadenado un proceso de colonización agresivo, afectando los arrecifes costeros, playas y praderas marinas de la región.
Actualmente, más del 50% del parque nacional está invadido por esta especie, cubriendo aproximadamente 90 kilómetros de costa y 3,000,000 de metros cuadrados de lecho marino.
En 2022, investigaciones del proyecto Unomia confirmaron la presencia del coral blando en la costa occidental de Venezuela, planteando un riesgo inminente de invasión hacia otras áreas del Caribe, como Colombia y las Antillas Menores.
En septiembre de 2023, el proyecto Unomia registró la presencia de este coral invasor en la costa norte de Cuba.
Reporte en Puerto Rico
La tercera semana de febrero de 2024 la especie invasora fue reportada por primera vez en La Parguera, Puerto Rico, por buzos de la empresa Paradise Scuba. El Departamento de Recursos Naturales de Puerto Rico, junto a investigadores de la Universidad de Puerto Rico y organizaciones locales, reportan que se encuentran atendiendo el problema.
Esto fue publicado por medios locales a través de la coordinadora del Programa de Especies Protegidas del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), Nilda M. Jiménez Marrero, quien confirmó que el coral Unomia fue identificado la semana pasada en La Parguera, en el municipio de Lajas.
Aldo Croquer, gerente del Programa de Conservación Marina del Caribe Central para The Nature Conservancy, advirtió a Diario Libre sobre el potencial devastador de Unomia stolonifera para las costas de la República Dominicana. Explicó que este coral invasor podría encontrar un escenario propicio para su propagación, especialmente debido a las recientes mortalidades de corales autóctonos causadas por la enfermedad de pérdida de tejido rápido y el evento de blanqueamiento de 2023.
Croquer destacó que Unomia no solo amenaza los arrecifes de coral, sino también los fondos blandos y los pastos marinos. Su rápida dispersión y eficientes estrategias reproductivas, como la expulsión de propágulos asexuales al agua cuando se enfrenta a estrés o amenazas, hacen que su control sea extremadamente complicado.
Además, señaló que este coral invasor podría tener una serie de efectos negativos directos e indirectos en los ecosistemas costeros. A corto plazo, podría ocupar sustratos libres y desplazar especies locales. A mediano plazo, podría provocar una reducción en la biodiversidad local. Y a largo plazo, podría afectar las cadenas tróficas y reducir los servicios ecosistémicos fundamentales.
¿Qué acciones se deben tomar?
Frente a esta amenaza, es imperativo implementar una estrategia integral para estar debidamente preparados. Según Croquer, esta estrategia debe abarcar cuatro líneas de acción fundamentales:
Constitución de una red de alerta temprana: Se deben establecer sistemas de monitoreo y alerta temprana para detectar la presencia de Unomia stolonifera en nuevas áreas. Es crucial proporcionar capacitaciones a personal especializado para identificar rápidamente este organismo invasor y tomar medidas preventivas a tiempo.
Plan de erradicación, manejo y control: Se requiere un plan detallado y coordinado para erradicar, manejar y controlar la propagación de Unomia stolonifera. Esto puede implicar acciones como la remoción física de colonias, el uso de tecnologías innovadoras y el desarrollo de métodos de control biológico para limitar su expansión.
Monitoreo permanente de ecosistemas susceptibles: Es esencial establecer un programa de monitoreo continuo en los ecosistemas vulnerables a la invasión de Unomia. Este monitoreo permitirá evaluar el impacto del coral invasor en la biodiversidad local y tomar medidas correctivas según sea necesario.
Educación y concientización/adaptación: Se debe llevar a cabo una campaña educativa exhaustiva dirigida a la comunidad, las autoridades locales y los sectores involucrados para aumentar la conciencia sobre los riesgos asociados con Unomia stolonifera y la importancia de su control. Además, es fundamental promover la adaptación de prácticas y políticas para prevenir la introducción y dispersión de especies invasoras en los ecosistemas marinos.
Según el Proyecto Unomia, el coral blando Unomia stolonifera (Octocorallia: Xeniidae) es originario de las islas indonesias de Pulau Ambon (Ambon) y Sulawesi (Célebes), ubicadas en el Océano Pacífico Occidental (Benayahu y col., 2021); que a diferencia de sus parientes los corales duros o pétreos de seis tentáculos en sus pólipos, es un organismo colonial de cuerpo blando o gelatinoso con ocho tentáculos en sus pólipos, que no poseen un esqueleto calcáreo y está constituido en su mayor parte por agua. Presenta una base única o tallo (de allí su nombre Unomia), de donde parten múltiples brazos o ramas donde se ubican los pólipos; los cuales se alimentan de manera activa, al capturar pequeñas partículas de alimento mediante movimientos pulsantes o contráctiles de sus tentáculos, o de manera pasiva, mediante una asociación con microorganismos fotosintéticos denominados zooxantelas que los ayudan a alimentarse.
El empleo complementario de ambas formas de alimentación les permite colonizar con mayor densidad las áreas de menor profundidad (<20m), donde hay una mayor penetración de luz para la fotosíntesis; en áreas más profundas pasan a depender más de la alimentación activa, ya que penetración de luz se ve dificultada por temas de densidad del agua y presencia de sedimentos, adicional a los fenómenos de absorción y extinción del espectro lumínico, afectando las densidades de colonización.