- La plataforma en línea Emprende Pro Mujer utiliza un enfoque centrado en la mujer para diseñar contenidos educativos para que las mujeres desarrollen habilidades emprendedoras. Años de escucha y trabajo personalizado dieron como resultado un programa único hecho a medida de las usuarias.
«El ser humano puede obtener el saber a partir de sí mismo, desarrollando su innata capacidad de conocer y de intuir», así se pronunciaba Rudolf Steiner, padre de la antroposofía, sobre la adquisición de conocimientos por parte de los humanos. Este mismo principio es en el que se basa Ana Romanelli, líder de educación en Pro Mujer, para diseñar Emprende, una plataforma educativa gratuita que potencia a las mujeres para que incorporen prácticas empresariales, incrementen sus ventas, y aumenten su ahorro.
Ella trabaja junto a un equipo interdisciplinario, que combina especialistas en educación digital, experiencia de usuario, desarrollo de producto y facilitaoras. Sus integrantes tienen entusiasmo y motivación por labor de apoyar a las mujeres en su desarrollo y se dedican a conocerlas en profundidad para comprender sus situaciones particualares.
La corriente antroposófica pone al humano en el centro como fuente de donde brotan las concepciones teóricas y prácticas. Romanelli descubrió hace tiempo que si quiere lograr un impacto verdadero en las mujeres, los programas educativos tienen que ponerlas a ellas en foco y entender sus necesidades específicas. Las destinatarias de estos proyectos se encuentran a menudo en situación de vulnerabilidad y muchas de ellas pertenecen a comunidades indígenas o rurales, donde escasean las oportunidades de formación emprendedora.
La mujer en el centro: la clave para optimizar la experiencia de la usuaria
Hoy en día las capacitaciones de Pro Mujer tienen un porcentaje de aprobación que ronda entre el 15% y 20%, superando ampliamente a otras organizaciones enfocadas en educación digital del mercado, cuya tasa de graduados es entre el 5 y 10%, según confirma Romanelli. Este es el resultado de un largo proceso de retroalimentación entre las emprendedoras y el equipo hasta dar con un programa educativo que se adapte a sus circunstancias particulares.
Muchas de ellas no tienen acceso continuo a conectividad Wi-Fi y además, el tiempo para dedicar a capacitarse es limitado. La mayoría debe combinar su trabajo como emprendedora con el cuidado de hijos o hijas y las tareas del hogar. Frente a este panorama, se hizo evidente que el contenido tenía que ser transmitido en cápsulas breves, de manera dinámica, atractiva, accesible y en formato audiovisual para que las usuarias puediran verlo en el poco tiempo libre entre sus múltiples obligaciones.
Una aplicación no era una opción ya que muchas de las mujeres no tienen suficiente espacio de almacenamiento para descargarla. Por eso, la mejor alternativa fue diseñar contenido en WhatsApp transmitido a través de chatbots. La alfabetización digital de las emprendedoras fue necesaria para que se sintieran cómodas con este formato.
Los motores del cambio son ellas
Otro de los pilares del programa educativo de Pro Mujer es que cada mujer es la conductora de su propio aprendizaje y las capacitaciones son solo recursos para guiarlas en su camino emprendedor.
“Nosotros somos como el copiloto que les va cebando el mate”, explica Sebastián Edreira, Gerente de Emprende, con una metáfora ilustrativa, “adoptar este enfoque impulsó grandes cambios en nuestra plataforma, desde replantear el formato de las clases hasta pequeños detalles, como los títulos de los módulos de aprendizaje. Por ejemplo, nos dimos cuenta de que nombrarlos “ideo mi negocio” o “fortalezco mi negocio”, usando la primera persona en vez de un llamado a la acción hacía sentir a las emprendedoras mucho más involucradas en su proceso de aprendizaje.”
Por otro lado, la experiencia individual de cada emprendedora cobra un valor inigualable a la hora de construir el conocimiento. Por eso, las sesiones de intercambio grupal tienen un espacio primordial en el programa Emprende. En sus versiones híbridas, las emprendedoras se juntan cada a cara y comparten sus desafíos, problemas, dudas y logros.
Construir comunidad en la virtualidad fue un reto, pero encuentros sincrónicos semanales y mensajes de WhatsApp consiguieron generar vínculos de confianza entre las facilitadoras y las emprendedoras que dieron como resultado una sensación de acompañamiento y apoyo valorada por las usuarias.
“Tocamos corazones” dice Analía Spratte, coordinadora de las facilitadoras de Emprende, “es emocionante el agradecimiento que nos transmiten las mujeres. Les cambiamos el presente, sus negocios, su forma de pensarse como mujeres. ‘¿no se enojan?’, nos preguntan algunas por los múltiples mensajes que recibimos a diario. Ver el crecimiento personal de estas mujeres y el impacto que genera en sus comunidades nos inspira a seguir trabajando en este proyecto.”
Pro Mujer trabaja hace más de 34 años brindando servicios de inclusión financiera, capacitación y salud a mujeres de bajos recursos en Bolivia y el resto de América Latina. Desde sus inicios ha logrado impactar en la vida de más de 2.5 millones de personas, brindado 10 millones de servicios de salud y otorgado USD 4.4 millones en microcréditos.
Sobre Pro Mujer
Pro Mujer es una empresa social que desde hace más de 34 años brinda servicios y herramientas a las mujeres en América Latina para que puedan alcanzar su máximo potencial, mejorar sus condiciones de vida y transformarse en agentes de cambio para sus comunidades.
Opera a través de un modelo holístico e integral que busca ampliar el acceso de las mujeres de la región a los servicios de salud, aumentar su inclusión financiera y brindarles oportunidades de capacitación.
El trabajo de Pro Mujer está estrechamente alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU y ofrece resultados tangibles en ocho ODS: 1, 3, 4, 5, 8, 10, 11 y 16.
Más información en www.promujer.org