Tras la tormentosa presidencia de Donald Trump, Francia espera mejorar las relaciones con Estados Unidos con la llegada al poder mañana de Joe Biden, pero no se hace ilusiones sobre un cambio radical.
A pesar de que la nueva administración de Washington pueda estar más inclinada a trabajar con sus aliados tradicionales -como París- en problemas globales, algunos de los conflictos comerciales bilaterales continuarán con el nuevo gobierno.
El presidente francés, Emmanuel Macron, fue uno de los líderes occidentales más críticos con Trump, tanto por la decisión de este último de sacar a EE.UU. del Acuerdo de París contra el cambio climático como cuando el francés declaró que la OTAN estaba en estado de «muerte cerebral».
Además, fue Francia el primer país que lanzó la tasa especial a las grandes empresas tecnológicas que no pagan impuestos en los países donde operan, lo que le valió sanciones comerciales de Washington.
Y cada vez que hay un nuevo episodio de las sanciones recíprocas de represalia por las subvenciones a Airbus y Boeing, Francia es el país europeo más golpeado por EE.UU. ya que alberga la sede y algunos de los principales centros de producción del gigante aeronáutico paneuropeo.
Con todo este cóctel, los analistas franceses vaticinan una mejora pero no un cambio tajante de la relación Washington-París con la llegada de Biden y su Gobierno.