Para el año 2019, el presupuesto asignado a los centros de atención primaria asciende a unos RD$3,793.3 millones, lo que representa el 9.2% del presupuesto del Servicio Nacional de Salud, revela el informe Atención Primaria en Salud, divulgado por la Alianza por el Derecho a la Salud (Adesa).
Con relación al presupuesto total del Ministerio de Salud Pública, el de los centros de atención primaria representa el 4.6%, lo que significa que menos de cinco pesos de cada 100 son invertidos en el primer nivel de atención, según el estudio.
¿Significa esto que no son importantes los centros de atención primaria? Todo lo contrario.
En la página del Servicio Regional de Salud Metropolitano se describe al servicio de salud de primer nivel de atención (centro de atención primaria) de la siguiente forma: “El más cercano a la población”, el que antes de que enferme, mediante la promoción preventiva “permite resolver las necesidades de atención básicas y más frecuentes”. Donde “se resuelven aproximadamente el 85% de los problemas prevalentes”, y el que permite “realizar una atención oportuna y eficaz”. O sea, es la prevención y cura, antes de que llegue o se agrave la enfermedad.
Sin embargo, la baja asignación para los centros de atención primaria parece más baja de lo que ya aparenta. “Resulta curioso el gran cúmulo de recursos que se concentran en las denominadas acciones comunes”, dice el informe.
Estima que “prácticamente”, un 98.4% de las asignaciones al Primer Nivel de Atención “son administrados de forma directa por la dirección y coordinación del programa”, lo que les lleva a reflexionar a los autores de la investigación lo siguiente: “Lo anterior estaría indicando que apenas un 1.6% del monto total previsto para el año 2019 se transfiere directamente a los nueves centros regionales de salud en el territorio”.
De acuerdo al informe, en los centros de atención primaria “no hay compromiso alguno de indicadores de calidad, condiciones de trabajo del personal médico o de eficiencia de servicio”.
La red de centros de salud
La red estatal de centros de salud está compuesta por unos 1,679 establecimientos que abarcan 1,450 centros del primer nivel de atención, 40 centros de diagnóstico clínicos de atención primaria, y 189 centros especializados de atención en salud. Entre estos números, se incluyen 13 hospitales regionales, 32 hospitales provinciales, 122 hospitales municipales y 19 hospitales de referencias.
Con relación a los centros de diagnósticos, el estudio revela que muchos de ellos están ubicados al lado o muy cercanos de hospitales de segundo o tercer nivel. “Esto es un error, según los especialistas”, porque deberían estar ubicados en la cercanía de los centros de atención primaria y lejos de los hospitales.
En cuanto a la situación de los centros de atención primarias, que constituyen las casas donde generalmente habitan las unidades de atención primaria en salud (UNAPS), el estudio revela que “en la mayoría de los casos se trata de edificaciones viejas, que se encuentran en mal estado”.
El 69% de estos locales son propiedad estatal, un 16.8% son locales alquilados y el 24.2% restantes fueron construidos por la comunidad.
En cuanto a las Unidades de Atención Primaria en Salud, que son grupos pequeños de profesionales, técnicos y trabajadores especializados en salud familiar y comunitaria, el 97% operan con personal mínimo compuesto por un médico, una enfermera y un promotor.
Además de que el 58.8% de esas unidades son dirigidas por médicos pasantes, que, por tales, “no tienen la autorización legal correspondiente para ejercer la medicina”.
Además, duran en el puesto 10 meses, “tiempo insuficiente para hacer y estrechar vínculos con la comunidad y las familias que la habitan”.
Según el estudio, desde el punto de vista del derecho a la salud, “resulta inexplicable” que falte designaciones de médicos familiares en las UNAPS, cuando la Sociedad de Medicina Familiar afirma que cerca de mil de sus integrantes están desempleados.
En cuanto a los recursos para el trabajo, “ninguno de ellos cuenta con el equipamiento necesario para prestar buenos servicios”. Y sobre el listado de los 22 insumos indispensables, “se verificó un déficit que oscila entre 8.2% y un 41%”.
Además, en más del 20% de esas unidades “nunca hay vacunas”, pese a que “nunca deben faltar”. Asimismo, en el 21% se rompe la cadena de frío (indispensable para las vacunas), porque carecen de neveras. Además, de que el 23% de las unidades carecen de cilindros de gas.
Otros recursos como nebulizadores y jeringas, “son los insumos más abundantes” de las UNAPS, pero solo llegan el 79.3% y 71.4%, respectivamente.