Un gran estudio sobre más de 100.000 personas dirigido por investigadores de la Universidad de Bristol, en Reino Unido, y la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, ha revelado que un IMC (índice de masa corporal) más alto es más peligroso para los hombres, mientras que una relación cintura-cadera más alta (la circunferencia de la cintura dividida por la circunferencia de la cadera) es más peligroso para las mujeres, según publican en ‘BMC Medicine’.
Para descubrir esto utilizaron un enfoque llamado asignación al azar mendeliana que usa información genética como una medida indirecta del peso para investigar el efecto de diferentes medidas de grasa corporal sobre el riesgo de cáncer colorrectal en hombres y mujeres.
Un aumento en el IMC de aproximadamente cinco kg / m2 incrementó el riesgo de cáncer colorrectal en un 23% para los hombres, pero solo en un 9% para las mujeres. Mientras que un aumento equivalente en la proporción cintura-cadera elevó el riesgo para las mujeres en un 25 por ciento, este fue solo del cinco por ciento para los hombres.
El cáncer colorrectal es uno de los cánceres más prevenibles si se lleva una dieta equilibrada, se mantiene activo y se mantiene un peso saludable.
La doctora Emma Vincent, una de las investigadoras que dirigió el estudio, de la Universidad de Bristol, resalta: «Nuestro estudio, que es el más grande en analizar la diferencia entre la grasa corporal y el riesgo de cáncer colorrectal en hombres y mujeres, revela necesitamos un enfoque más matizado al tratar de prevenir el cáncer».
«Ahora estamos trabajando para comprender exactamente cómo el aumento de grasa corporal causa el cáncer colorrectal, lo que puede darnos nuevos objetivos para reducir el riesgo –prosigue–. Esto es importante porque mantener la pérdida de peso todavía es muy difícil».
La doctora Anna Diaz Font, jefa de financiación de la investigación en WCRF, añade: «Sabemos que el sobrepeso o la obesidad aumenta el riesgo de al menos 12 tipos diferentes de cáncer, incluido el cáncer colorrectal. Pero esta nueva investigación refuerza la importancia de incluir una amplia y diversa gama de personas en los estudios de investigación, ya que aún no conocemos completamente las diferencias que el género o la raza pueden jugar en lo que respecta al riesgo de cáncer», resalta