Nueve meses y medio después de su toma de posesión, el presidente Andrés Manuel López Obrador sigue moviendo a las masas.
Más de 100.000 personas se reunieron el sábado por la noche en el Zócalo capitalino para seguir los festejos por el Día de la Independencia de México, que por primera vez estaban presididos por un mandatario surgido de la izquierda y de los movimientos populares.
López Obrador, el rostro sobrio, la banda presidencial en el pecho y acompañado de su esposa, siguió parte del protocolo habitual pero de forma mucho más austera, sin tantos invitados en Palacio Nacional, con menos banquetes y sin militares del Estado Mayor que le guardaran las espaldas. Y en lugar de homenajear solo a los héroes que iniciaron la lucha por la independencia de México hace 209 años, lanzó 20 vivas, entre ellos, por la soberanía nacional, las comunidades indígenas, la paz o por la libertad, la justicia y la democracia.