Las autoridades encontraron el miércoles 39 cadáveres dentro de un camión en un parque industrial en Inglaterra y arrestaron al conductor bajo sospecha de asesinato, en una de las peores tragedias de tráfico de personas en Gran Bretaña.
La policía sigue reconstruyendo el último viaje de las víctimas mientras trataban de descifrar de dónde provenían y cómo llegaron a Inglaterra.
Al parecer el camión y el remolque con las personas al interior tomaron viajes separados y enrevesados antes de terminar en el Parque Industrial Waterglade, en Grays, una localidad a orillas del río Támesis a unos 40 kilómetros (25 millas) al este del centro de Londres.
La policía británica cree que el contendor salió del puerto de Zeebrugge en Bélgica con rumbo a Purfleet, Inglaterra, a donde llegó la mañana del miércoles; y que el camión viajó de Irlanda del Norte a Dublín, en donde tomó un transbordador hacia Holyhead, en Gales, antes de recoger el remolque en los muelles de carga en Inglaterra.
El conductor del camión, un norirlandés de 25 años, fue detenido bajo sospecha de asesinato. No se le han presentado cargos ni se ha revelado su identidad.
El camión está registrado en Bulgaria con una compañía propiedad de un irlandés, dijo el Ministerio de Exteriores de Bulgaria. Se desconoce de momento su punto de origen. La fiscalía belga informó que ya abrió una investigación.
“Por el momento no tenemos idea de cuánto tiempo pasó el camión en Bélgica”, dijo el vocero Eric Van Duyse. “Pueden ser horas o días, simplemente no sabemos”.
Al caer la noche del miércoles, una caravana policiaca escoltó lentamente al camión Scania fuera del parque industrial para llevarlo a un lugar en donde podrían recuperarse los cuerpos. El conductor del tráiler utilizó guantes y un uniforme forense completo mientras guiaba al enorme vehículo en una escolta improvisada frente a la prensa.
Gran Bretaña sigue siendo un destino atractivo para inmigrantes, incluso en momentos en que el Reino Unido negocia su divorcio con la Unión Europea. En el Parlamento, el primer ministro Boris Johnson dejó de lado la crisis del Brexit y juró que los traficantes de personas serán juzgados con todo el peso de la ley.
“Todos estos traficantes de seres humanos deberán ser capturados y llevados ante la justicia”, dijo.