Miles de independentistas catalanes, procedentes de distintos puntos de esa región española, colapsaron este viernes Barcelona para protestar por la sentencia que condena por secesión a sus líderes, en el acto central de la huelga general convocada en toda la comunidad autónoma.
Los participantes llegaron hasta la capital catalana mayoritariamente a pie, como parte de las denominadas «marchas por la libertad» que partieron el pasado miércoles desde distintos puntos de Cataluña.
Encabezando la manifestación, una pancarta con el lema «Por los derechos y las libertades, huelga general» y un lazo amarillo, símbolo de protesta por la prisión de los nueve líderes independentistas para quienes el Tribunal Supremo español dictó penas de entre 9 y 13 años por impulsar el proceso soberanista ilegal de 2017.
En el recorrido se oyeron proclamas a favor de la independendencia y pidiendo la libertad de los políticos soberanistas presos.
La marcha concluyó con la lectura de un comunicado en la voz de Elisenda Paluzie, presidenta de la organización independentista Asamblea Nacional de Cataluña (ANC), quien defendió una nueva y eventual declaración unilateral de independencia, tal y como ocurrió en octubre de 2017.
«Les pedimos a los partidos independentistas que esto no sea una maniobra de dilatación de los tiempos. Si el diálogo no llega, preparaos para sostener una declaración unilateral de independencia, la gente estaremos ahí para defenderla pacíficamente», dijo.
Mientras tanto, en las calles aledañas estallaron nuevos enfrentamientos entre los manifestantes radicales y la policía.
Como consecuencia, tres personas fueron detenidas y otra resultó herida grave.
La huelga general independentista se desarrolló con cortes de carreteras y manifestaciones masivas, tras cuatro días de incidentes violentos en protestas callejeras contra la sentencia judicial que condenó a nueve líderes secesionistas.
La huelga estaba convocada por los sindicatos minoritarios independentistas Intersindical-CSC e Intersindical Alternativa de Catalunya (IAC), y es la cuarta movilización de este tipo vinculada al secesionismo catalán en menos de dos años.
El seguimiento fue inferior al 50 % en la mayoría de sectores públicos, salvo en las universidades (90 %); y en el comercio es de entre el 60 y el 80 %, según datos oficiales del gobierno regional de Cataluña. Por el contrario, los sindicatos convocantes consideraron que la huelga es un «éxito» y que se ha extendido por gran parte de la región.