Un avión ucraniano con 176 personas a bordo se estrelló el miércoles minutos después de despegar del principal aeropuerto de Teherán sin dejar sobrevivientes. El incidente provocó un incendio en campos a las afueras de la capital iraní, que quedaron sembrados de escombros.
A bordo de la aeronave viajaban 167 pasajeros y nueve tripulantes de diferentes países. Entre las víctimas había 82 iraníes, 63 canadienses y 11 ucranianos _ dos pasajeros y los nueve trabajadores _, explicó el ministro de Exteriores de Ucrania, Vadim Prystaiko. En el siniestro fallecieron además 10 ciudadanos suecos, cuatro afganos, tres alemanes y otros tres británicos.
Según la aerolínea, la mayoría de los pasajeros iban a la capital de Ucrania, Kiev, para dirigirse luego a otros destinos.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskiy, presentó sus condolencias a las familias de las víctimas. El mandatario recortó su visita a Omán para regresar a Kiev por el incidente, explicó su oficina. El primer ministro, Oleksiy Honcharuk, confirmó la cifra de fallecidos.
‘Nuestra tarea es establecer la causa del accidente del Boeing y proporcionar toda la ayuda necesaria a las familias de las víctimas”, señaló el presidente del parlamento ucraniano, Dmytro Razumkov, en un comunicado en Facebook.
Tras el siniestro, Ukraine International Airlines dijo que suspendió indefinidamente sus vuelos a Teherán. ‘Este era uno de los mejores aviones que teníamos, con una tripulación increíble y fiable”, señaló Yevhen Dykhne, presidente de la aerolínea, en una conferencia de prensa tras el accidente.