A Yocairy Amarante, de 19 años de edad, la vida le hizo una mala jugada, cuando en septiembre pasado, por encargo de su expareja, Willy Antonio Javier Monegro, fue atacada con un químico corrosivo, conocido como “acido del diablo”, mientras se desplazaba en un carro de transporte público, en el sector María Auxiliadora del Distrito Nacional.
Yocairy permaneció por dos meses en la Unidad de Quemados del Hospital Ney Arias Lora en Santo Domingo Norte. El poderoso liquido le consumió su ojo derecho y del ojo izquierdo solo puede ver con dificultad o borroso, como ella misma lo expresa.
Con casi un mes de que recibiera el alta médica, la joven madre, residente en el barrio Mejoramiento Social de la capital, continúa recibiendo atenciones médicas interdiarias y los doctores auguran que, dependiendo de la evolución de la cicatrización de las quemaduras, podría ser sometida a otra operación reconstructiva.
La cara de aquella joven de ojos marones intensos está irreconocible. Sus brazos y sus piernas quedaron quemados casi en su totalidad. “Por suerte el ácido no alcanzó mi cuero cabelludo y todavía tengo mi pelo intacto”, expresa Yocairy, mientras disfruta de su pequeña Winny de dos años de edad, a quien considera su impulso para continuar.
Los médicos injertaron piel en todas las zonas de su cuerpo y cara donde la quemazón que produce el “acido del diablo” afectó más