A 11 años del devastador terremoto que sacudió Haití, el riesgo sísmico está presente mientras la energía se acumula en el suelo, advirtió el geólogo Claude Preptit.
El movimiento telúrico asoló la capital de Haití en 2010 y cobró la vida de unas 300 mil personas, muchas de las cuales no estaban preparadas para un fenómeno de este tipo.
Preptit, director de la Oficina de Minas y Energía, lamentó que todavía el país no tiene las herramientas para prevenir un desastre similar al de hace 11 años.
Las construcciones no tienen en cuenta el efecto de los temblores y se banaliza el riesgo con la falta de inversión para contrarrestar los daños, señaló.
Insistió en que el gobierno debe implementar el Código Nacional de Construcción, que hasta la fecha no es objeto de una ley vinculante.
«Si no hay prevención, protección y preparación, el daño siempre será el mismo», alertó.
También aboga por la formación y la educación, además de la instauración de un plan de prevención y contingencia, para mejorar la capacidad de respuesta ante fenómenos de este tipo.
Haití está situado sobre un vasto sistema de fallas geológicas resultantes del movimiento de las placas del Caribe y Norteamérica, lo que hace al país proclive a la ocurrencia de terremotos.
Solo en 2020 las redes nacionales de sismología registraron 499 temblores menores, principalmente en los departamentos Sureste y Noreste.
Aunque el país ya estableció una red de vigilancia, creó un mapa de microzonificación para identificar lugares por el tipo de suelo y se realizaron algunos ejercicios de simulación de terremotos, Preptit estima que aún queda mucho por hacer.