En la capital de Haití y ciudades como Petit Goave, manifestantes están en las calles.
En el centro de Puerto Príncipe policías disparan gases lacrimógenos y despejan las áreas cercanas al Palacio Nacional, que horas antes reunieron a simpatizantes de la oposición y de organizaciones de la sociedad civil.
«Si a partir de mañana Jovenel (Moïse) no se va es oficialmente un dictador», dijo uno de los activistas antes de cubrir su rostro para limitar el efecto de los gases.
A 75 kilómetros al suroeste de esta capital, en la comunidad de Petit Goâve, cientos de activistas salieron a las calles, y erigieron barricadas de neumáticos en llamas para exigir la salida del poder del mandatario.
El domingo marca el cuarto año del gobierno de Jovenel Moïse quien juró en 2017 tras un controvertido proceso electoral plagado de denuncias de fraude, y en el que solo votó el 20 por ciento del electorado.
De hecho, las elecciones anteriores en 2016 fueron canceladas y repetidas al año siguiente pues sus contrincantes se negaron a aceptar los resultados, mientras en el ínterin gobernó la administración transitoria Jocelerme Privert.