Para recrearse, una persona decide poner a volar una chichigua. La cometa vuela alto, pero su cola se enreda en un cable del tendido eléctrico. Como el individuo no puede subirse a desenvolverla, da por perdido el instrumento que por un rato lo entretuvo sin reparar en una consecuencia: el material enredado podría dejar sin energía a un barrio.
Cada año, la Empresa de Transmisión Eléctrica (ETED) retira más de 2,500 colas de chichiguas a nivel nacional que representan un daño a las infraestructuras, y conllevan que se tripliquen los mantenimientos y el número de brigadas destinadas a retirarlas del tendido, para tratar de evitar interrupciones en el suministro eléctrico.
“El problema es que, cuando se vuelan chichiguas, las colas de las chichiguas se quedan enredadas, a veces cuando se van en banda o a veces se cortan y se quedan enredadas”, explica el administrador de la ETED, Martín Robles. “Entran a las líneas de transmisión, que son las más altas y son las primeras que tocan cuado viene una cayendo; se enredan en los cables”.