El contexto religioso de la Semana Santa se enmarca en un llamado a la reflexión y el recogimiento, a partir de la tradición católica de recordar la muerte y resurrección del Jesús bíblico, considerado por las religiones cristianas hijo de Dios y, cuyo sacrificio en la cruz, es un medio de perdón y redención.
Pero el largo asueto que acompaña esta celebración religiosa, que suele extenderse para la mayoría desde el Jueves Santo hasta el Domingo de Resurrección, ha implicado el establecimiento de medidas por las autoridades para evitar accidentes y pérdidas de vidas, debido al aumento del tránsito a distintos puntos del país y el incremento de visitantes en lugares de esparcimiento y diversión.
Los carreteos, la clausura de balnearios y la limitación en el horario de venta de bebidas alcohólicas son las más usuales. No obstante, algunas medidas han levantado polémica y malestar.