Más de un millar de personas, entre anónimos y famosos, dijo adiós a Camilo Sesto este lunes en la capilla ardiente instalada en la madrileña sede de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), donde se destacó su buen humor, su talante pionero y su capacidad para trascender generaciones.
“Desde los años 70 es un mito de la canción melódica española y su música ha pervivido en las generaciones jóvenes”, subrayó el ministro español de Cultura, José Guirao, uno de los primeros en despedirse del músico, cantante y compositor, mientras ante los periodistas desfilaban coronas de flores como la enviada por “la familia Bosé”.
Fue a diez minutos de las 12 del mediodía cuando abrió sus puertas la capilla ardiente para que pasaran ante el féretro cerrado personas llegadas, en algunos casos, desde fuera de Madrid, como Carla y su madre, que tras viajar de noche en un autobús con origen en Barcelona encabezaban desde primera hora una larguísima cola cuyo final no se atisbaba a las puertas de la SGAE.